Casi de vuelta y cumpliendo lo prometido, os cuento el fotocuento de mis lunáticas vacaciones, con la delicada feminidad que me caracteriza.
Se inicia un juego para visionarios de cebras y leones, le sigue una diada de lo más polémica que sólo las sonrientes caritas de Pixel consiguen suavizar, en lo que parecía una auténtica misión imposible.
Miro estrellas, como se miran los amantes que beben bajo una amenazante calavera y descubro en el cielo el atlas de las nubes, hasta que, entre tanto personaje, aparecen unos desconocidos interfiriendo en una obra de Manet.
Niña, lo de la Diada estuvo bien. Es bueno compartir, debatir. A mi no me parece mal.
ResponderEliminarSi ni siquiera para eso podemos ser libres, apaga y vámonos.
Besos
¡Mira, eso mismo pienso yo! lo de "diada polémica" era para rellenar el texto :)
EliminarMil besos, guapa.
Me gusta la entrada que has escrito. Te ha quedado muy bien. En cuanto a lo de la diada, cada uno es libre de opinar lo que le parezca siempre desde el respeto y tú lo hiciste. Lo peor sería no poder decir ni mu.
ResponderEliminarUn beso
De vez en cuando es bueno dejarse llevar por escribir aquello en lo que se cree, al margen de las opiniones de los demás. Tu lo has hecho muchas veces y eso, Pixel, es un acto de valentía y de sinceridad.
EliminarBesitos.