Diluidamente tuya

Acuarela de Autor desconocido

Desde que te vieron mis verdes ojos, reflejados en tu verde-azul con destellos de plata, desde que tus brazos me roderon, me mojaron, me hicieron flotar en ese tu universo para mí desconocido, atrayente, desde entonces supe que sería tuya.

Me hacías bailar en tus aguas, vibrar con la brisa, beberme tu sal, mecerme en tí, sin mediar palabra porque no había nada que decir en nuestro océano de amor desmedido, no había preguntas ni respuestas. Y me dejaba llevar por tí, atrapada en la fuerza impetuosa de tus tormentas o arrastrada en tu plácida corriente.

En ese tiempo sentía mil mariposas en el estómago, leves cosquillas en la espalda y perdía el sentido del mundo y del tiempo mientras contenía la respiración, cerraba los ojos en tu silencio oscuro, olvidaba mi terra, de donde vengo y a donde voy. 

Poco a poco, y a medida de que iba permaneciendo más tiempo sumergida en tí, empecé a dejar que mis formas de mujer se fueran deshaciendo en pequeñas partículas que se incorporaban a tí, se unían a las tuyas y hacíamos un mar de los dos, un mar nuestro.

Ahora soy, diluidamente tuya.