Si supiera el idioma de mi camisa, sabría que le dice a mi cuerpo cuando lo roza, sabría que le cuenta a mi piel mientras me acaricia o que le cuenta ella de otras caricias. Tal vez me contaría las cosquillas que le hacen los botones o me avisaría si olvidé el boli en el bolsillo.
Percibo su olor a jabón en polvo, noto su textura y casi siento su melodía cuando la estiro antes de ajustarla a mí, recién salida del armario, tan nueva, tan limpia y altiva, pero no entiendo el lenguaje de sus costuras.
Me gustaría que, cuando envasa mi espalda con su abrazo, me pudiera contar lo que ella soporta que, cuando su manga y su puño alcanzan mi muñeca, si siente mi pulso más acelerado que el reloj. Me encantaría saber si se enfada cuando sudo o se alegra cuando me remango para no mancharla y si, después de estar conmigo todo el día, cumplido el trabajo, acumula el cansancio como yo.
Pero mi camisa no habla, es sólo un traje de día, una indumentaria que se lleva, se usa y se tira al cubo de lavar.
Mañana habrá otra camisa desprovista de lenguaje porque lo de dentro y lo de fuera son mundos diferentes.
Se lleva muy a gusto cuando nos sentimos bien.
ResponderEliminar¿Metáfora?
Un abrazo
Cuando nos sentimos bien todo es maravilloso!
EliminarMetáfora :)
Besos especiales.
Qué reflexión tan curiosa. Nunca se me habría ocurrido plantearme algo así
ResponderEliminarYa sabes, son esas cosas que se me ocurren, jeje.
EliminarBesitos, guapa.
La de cosas que nos dirían nuestras prendas de vestir si hablaran...Lo malo es que no sé es si nos gustaría escucharlo...
ResponderEliminarOriginal relato, Montse. Vaya imaginación la tuya!
Un beso.
Siempre he pensado que hay cosas que nos hablan, en especial referente a la naturaleza, lo que pasa es que o no entendemos lo que nos dicen o no tenemos buen odio. No sé si nos contarían nuestras miserias, pero aún así me gustaría escuchar lo que piensan ¡sorprendente, fijo!
EliminarMe alegro que te gusten mis corto-relatos :)
Besitos.
De cualquier cosita de nada se hace una historia, hoy una camisa, mañana quien sabe, un exprimidor jeje. Muy ocurrente el argumento de este relato, me ha gustado mucho. Ahhh y gracias por llamarme Principita, ¡Me ha encantado!
ResponderEliminarEstoy contenta de que "Principita" te haya gustado, porque a veces una se anticipa a algo y luego sale malparada, pero me daba a mí que te iba a gustar ¡compartimos gustos, jeje!
EliminarUn besito.
Venimos a este mundo sin camisa y nos vamos sin ella, pero algo de nuestra esencia se queda atrapada en su tela. Bonito.
ResponderEliminarEs cierto, Aranciata, venidos y nos vamos sin camisa, aunque nos la vayamos poniendo y quitando por la vida según la ocasión ¡qué bonito lo que has dicho, que algo de nuestra esencia queda atrapada en su tela!
EliminarMuchos besos :)