Me he relacionado íntimamente conmigo misma, navegando en las azules aguas de mis fantasías, siguiendo los impulsos de mi sombra, que me dictaba, lenta, torpe y muda, el verbo del pasado, disfrazada de tortuga gigantesca, lenta, torpe y muda portadora de promesas sin luna.
He perforado de manera obstinada el fondo, hallando interpretaciones de mí misma que poco o nada tienen de verdad, premisa incierta, de un premeditada pregunta prehistórica ¿Realidad o distorsión?
En una exageración, dentro de mi vida metafórica paralela, he llegado a alcanzar la meta prometida con la arrogancia de haber conseguido algo, un mundo disconforme en donde reina el sueño. Mi personaje onírico ha representado múltiples personalidades, todos mis egos han visto la luz, todos mis temores recompensa y aún así, siento que todo ha sido en vano. Y una nada y un vacío inmenso, pone punto inacabado.
Entonces ella aparece, mi dulce niña interna. Ella, que siempre brota y tiene la asombrosa capacidad de indicarme la ruta sin aduanas, me muestra el mapa, sin carreteras ni nombres, me alumbra el camino que conduce a un faro lejano al que debo llegar, preludio de volver a navegar en la abtracción y transformada en otra. Quiere que comprenda, que vea, que sienta mi propia proyección a la velocidad de una bala.
Yo misma que despierto, dispuesta a destilarme con la química alquímica. Mujer que es niña, mar de césped y tierra azul, la esencia líquida de mí misma a través de la semántica diacrónica.
Y me dejo llevar, me diluyo cual material acuoso, me difumino en la atmósfera, al fin libre, al fin destilada.
Yo misma que despierto, dispuesta a destilarme con la química alquímica. Mujer que es niña, mar de césped y tierra azul, la esencia líquida de mí misma a través de la semántica diacrónica.
Y me dejo llevar, me diluyo cual material acuoso, me difumino en la atmósfera, al fin libre, al fin destilada.
Mar de césped, tierra azul, la seguridad añorada de casa en la distancia y en el camino tiburones. La vida es eso, pero no se debe perder el espíritu joven y soñador.
ResponderEliminarBesos Montse
No debemos perder ese espíritu, al fin y al cabo, es nuestra esencia.
EliminarUn abrazo enorme, Hit.
Me ha encantado, sin más,..felicidades. Un besote
ResponderEliminarMuchísimas gracias, amigo Raúl.
EliminarBesetes domingueros ;)
Sencillamente genial, que maestría de vocabulario tienes, que bien haces para que la narración fluya, para que sintamos esa sensación onírica. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesotes
Muchas gracias, mi querida Ana, tu también escribes de modo que una se sumerge en el relato y siente y vibra.
EliminarMuchos besos, guapa!
Vaya, Montse, embriagado me ha dejado este texto tan poético. Es como un pasear entre lo irreal y lo innegable, entre lo onírico y lo verdadero.
ResponderEliminarLo he encontrado inspiradísimo. <3
A veces confundo los sueños con la realidad, por lo menos en mis textos y si con este he conseguido que te parezca inspirado me alegra un montón.
EliminarMil gracias y mil besos, JuanRa!!
Me han encantado los dos primeros leídos, te dije que tienes buenas maneras para escribir y no es broma, lo haces muy bien amiga Montse. Te seguiré leyendo porque veo que hay 91 relatos.
EliminarUn fuerte abrazo
(Tenía un buen vecino poeta y escritor y digo tenía porque por desgracia falleció de la maldita enfermedad de cáncer, era un buen vecino y un gran amigo, le dediqué un pequeño post que está en la sección de Varios es muy corto por si tienes interés en leer se titula "A mi amigo vecino y gran poeta Ángel Herrero Blanco)
Amigo Juan, muchas gracias por llegar hasta aquí y leer esas cosas que escribo cuando estoy inspirada, que no es tan a menudo como quisiera ;)
EliminarY me encanta que me hayas recomendado leer tu sincero escrito dedicado a tu amigo y poeta Ángel, me ha parecido un homenaje precioso y escrito a corazón abierto ¡estoy contenta!
Muchos besos.