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30/3/17

El Tiovivo



¡Qué contenta estoy! ¡Nos vamos al Tibidabo! Papá nos lo había prometido hacía tiempo y para eso Javi y yo teníamos que portarnos bien, que si no, nada. ¡Yupiiii! Me ha costado mucho comerme las bolas verdes con albóndigas ¡aggg!, la sopa no, la sopa me gusta, pero esas bolas verdes no me gustan, saben dulces. Javi dice que a él le gustan, pero a mí me saben dulces. ¡Saben horribles!

Hemos llegado pronto, tanto que aún no habían abierto las atracciones y desde ahí ya he podido ver el Tiovivo. ¡Me gusta tanto eso de dar vueltas y vueltas y vueltas! ¡Tengo tantas ganas de subirme!

- Primero nos subimos en la noria. - dijo Javi, y nos pusimos en la cola. ¡Jooo con las ganas que tengo yo de montarme en el Tiovivo! Luego papá, muy contento, se subió con él en una de las cestas. Mami y yo nos quedamos mirándolos. La noria me da miedo, creo que a mamá también aunque no lo diga. Me alegro de ser pequeña para no subir. No quiero crecer, así no tendré que montarme nunca en una noria.

- ¡Ahora al Tiovivo! – grito fuerte - ¡Ahora al Tiovivo!

Pero no, después se subieron a la avioneta, a unas cuantas cosas más y al túnel de la bruja ¡ayyyy, qué miedo! Yo no quiero ver brujas, ni monstruos feos, que me dan susto. Mientras papá y Javi se metían en el túnel, mamá me ha comprado una bolsa de chuches ¡ummm, qué ricos estaban! Javi se ha muerto de envidia cuando me ha visto comiendo chuches y le han comprado a él también.

- ¡Ahora al Tiovivo! – grito otra vez.
- Venga, cariño, deja que la niña se suba al Tiovivo – dice mamá.

Y por fin vamos al Tiovivo, me compran la ficha y papá me sube en uno de los caballos, esos que suben y bajan; y se quedan los tres mirándome desde fuera. Le doy la ficha al señor de la gorra roja, que me dice:
- ¿Te gusta dar vueltas, eh?
- ¡Síííííí, dar vueltas y vueltas hasta el infinito! – le digo yo.

El Tiovivo se pone en marcha, con todas las bombillas encendidas, suena la música y empieza a girar. Cada vez que paso por donde están mis papis y Javi les saludo, con una mano, que con la otra estoy agarrada y me dijo mami que no me soltara. Cuando se acaba, viene el señor de la gorra a coger otra ficha ¡me han comprado tres!, y me sube en el coche de bomberos, ¡mi favorito! porque en él puedo darle a la campana, a las luces rojas y todo eso ¡es súper chuli! ¡Y otra vez a dar vueltas!

Estoy tan contenta que al cabo de un rato ya no me acuerdo de cuantos viajes llevo, pero como no ha parado me lo paso genial, aunque me gustaría ir al coche de policía o a la carroza de la princesa, tan bonita de color rosa. Pero no para y va muy deprisa, no veo a mamá, ni a papá ni a Javi, veo cosas borrosas de colores, ¡con tantas vueltas!; ¡Anda que si me mareo y vomito!

Y no para, no para de dar vueltas y ya no veo colores. ¡Estoy malita! "¡Mamááááááa! ¡Quiero bajarme! ¡Mamáááá!" No paro de chillar, pero nadie me hace caso, no veo a nadie. ¿Dónde están los otros niños?. El Tiovivo no deja de dar vueltas y me pongo a llorar. Entonces se para. Intento salir del coche de bomberos, pero estoy atada con el cinturón y no puedo. Viene un señor muy viejo y feo, que lleva una gorra roja muy sucia y me dice:
- ¿Quieres ponerte ahora en la carroza?
- No, quiero bajar ¿Dónde están mis padres y mi hermano? ¡Mamíííí!
- De eso nada, jovencita, dijiste que querías dar vueltas hasta el infinito.

Y el Tiovivo se vuelve a poner en marcha.

12 comentarios:

  1. Maravilloso final. Nunca lo había pensado. Me hubiera pasado igual. Mi atracción favorita, los caballitos sube y baja.
    El otro día me subí a uno que está colocado en Príncipe Pío y la gente me miraba, al parecer solo se suben los niños. La señora me entendió o vio mi cara y me dejó subir, jaja

    El más bonito que he visto y subido son los italianos. Son obras de artes maravillosas. Por supuesto me subí y no me quería bajar. Ahora que veo el final de la historia...

    ¿ Que eran las bolas verdes que sabían tan mal?

    Besos y me engancha cuando escribes.

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    1. Me gusta la idea de verte subida en un caballito, parece una tontería pero sentirse como una niña es mágico ¡ojalá lo pudiéramos hacer más! No debemos dejar que nuestra niña interior desaparezca :)
      Las bolitas verdes son guisantes, así las llamaban mis sobrinos cuando eran pequeños y los pobres se han quedado con ese nombre en la familia, jaja.

      Mil besos,guapa.

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  2. Ay, con lo que bien que empezó todo, pobre niñita, que pesadilla, menudo sadismo, ¿eh?, parece que no hay que fiarse de los hombres con gorras rojas ni de lo que desees.
    Muy buen relato Montse.
    :)

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    1. No hay que fiarse de los hombres, ni siquiera de los que no llevan gorra, jaja!! Es broma, hay hombres encantadores y maravillosos.
      Me alegro que te guste el relato, con final negro, jeje.
      Muchos besos, Ana.

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  3. No sé si es la expresión pero me he quedado ojiaberto, no me esperaba ese final ni de coña. Malditas gorras rojas siempre crean problemas,...jejejee,..dijo Mario Bros. Muy bueno, mis felicitaciones.

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    1. ¡Es verdad, la gorra es como la de Mario Bros! no lo pensé, tiene gracia. El final del relato no tiene ninguna gracia, me gusta hacer esos finales inesperados y con cierto suspense. Me alegro que te haya gustado.
      Mil besos, Raúl.

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  4. La verdad es que la historia me recuerda mi época infantil como usuario del tiovivo, y mi época como padre viendo disfrutar a mis hijos, pero pobre niña Montse. Primero no la llevan al tiovivo, y luego no se puede bajar nunca. Ja ja ja

    Así es la vida, un tiovivo que no para de girar y del que no te puedes bajar.

    Gran relato Montse

    Besos

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    1. Me inspirado en lo mismo, en cuando era niña y en cuando llevaba a mi niña, pero sin un final tan macabro.
      Hit, tu metafórica visión de la vida como el Tiovivo me ha dejado kao ¡y lo peor es que llevas razón! No me lo había planteado así y me has sorprendido.
      Un abrazo grande y feliz domingo.

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  5. Jamás de los jamases me esperaba ese final tan endiabladamente negro, jeje... Te marcaste un buen giro con el tiovivo. Por cierto, me encantan esos tiovivos clásicos como el de la foto ;)

    Besos.

    PD: Perdona que no te visite mucho últimamente. Tengo esto de los blogs un poco (bastante) abandonado :(

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    1. Reconozco que con ese final me pasé tres vueltas, jaja!!
      Me alegro que te haya gustado y de tu visita, ya sé que estás ocupado y que no estás mucho por tu blog, pero yo siempre estoy al tanto de tus publicaciones que, por espaciadas que sean, están ahí para deleite de tus amiguetes blogueros.
      Muchos besos y feliz domingo, Kine.

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  6. ¡¡Pero Montse!! ¡Qué giro tan inesperado!
    Con lo dulce que era la niña y se mete en un tiovivo del infierno.
    Claro, eso le pasa por renegar de comer guisantes, que al final ha venido el ogro verde :p

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    1. Ya sabía yo que un endiablado final iba a gustarte, jeje.
      Sobre los guisantes deberías hacerle una charla a mis sobrrinos, ya son mayores pero siguen sin quererlos.
      Muchos besos.

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