Per Sant Joan

Una noche cuando el verano abría los ojos
por aquellas calles donde tú y yo nos hemos hecho mayores
donde aprendimos a correr,
sobre un palmo de arena
se alzaba una hoguera por San Juan.

Entonces un trozo de madera era un tesoro
y con una mesa vieja ya éramos ricos.
Por las calles y las plazas
íbamos de casa en casa
para hacerlo quemar todo aquella noche
de San Juan.

Éramos cuatro pillos.
No sabíamos gran cosa de las lágrimas
que hacen que gire el mundo.
Íbamos entrando en la vida.
Nunca una mentira,
nos era necesaria y nada nos quitaba el sueño ...
Aquellas noches de San Juan.

Los años me han alejado de mi calle
y se han perdido aquellos compañeros de juegos.
Lo bueno y lo que estorba
como si cualquier cosa.
Parece que todo se hubiera quemado en el fuego
de San Juan.

Y ahora, esta tarde
otra vez veo a los niños recogiendo leña por la calle.
Corren. Como yo antes corría.
Los llamo y me miran
como si fuera un gusano extraño y pasajero.
Esta noche de San Juan.

Dadme un trozo de madera para quemar
o la tomaré de donde pueda, como ayer,
como si no hubiera otra
yo he sido como vosotros:
no quiero sentirme viejo esta noche.

Que un trozo de madera vuelva a ser un tesoro.
Que con una mesa vieja sea rico.
Por las calles y las plazas
iré de casa en casa
para hacerlo quemar todo esta noche
de San Juan.

Esta noche en Cataluña celebramos la verbena de San Juan (Revetlla de Sant Joan), el solsticio de verano, la noche más corta del año, que en realidad se produce un par de días antes, entre el 20 y 21 de junio, pero que se celebra el 23 de junio.

Es una fiesta en la que vecinos, familiares y amigos se reunen en torno a hogueras instaladas en las calles o plazas y cuando se pone el sol se enciende y que hacen quemar los trastos y muebles inservibles que se han recogido días antes. Se tiran petardos y fuegos artificiales, se come la tradicional "coca de Sant Joan" que es una especie de brioix con piñones y frutas confitadas y se bebe cava que es la bebida típica en Cataluña para las celebraciones, mientras se canta y se baila hasta el amanecer, que es cuando hay que bañarse en el mar para tener buena suerte.

Celtas e íberos ya celebraban esta fiesta pagana, es el triunfo de la luz sobre la oscuridad y se conjuga el sol, el fuego y el agua en un ritual mágico.

Las hogueras se forman para quemar todo aquello que nos sobra, muebles y cosas viejas que ya no necesitamos y que al quemarlos nos liberarán de su carga en nuestro camino hacia el futuro. El fuego purificador cuyas cenizas tienen esta noche propiedades curativas.

Y el agua, en esta noche de San Juan, es depurativa para el alma y beneficiosa para la salud. El ritual de bañarse en el río o en el mar es otra costumbre que persiste hasta la fecha.

Una noche mágica en la que todo puede suceder... ¡feliz noche de San Juan a todos!