¡Oh, noooo! No hay ni una gota de agua...
Watermelon había caminado unos cuantos kilómetros a través de la arena del desierto en busca de agua. Si el doctor Livingstone no se equivocaba y él no se había confundido durante el camino, allí debería encontrar el grifo y, en efecto, lo encontró, pero carente del preciado líquido.
Vaya tela!!!
ResponderEliminarJajaja, te montas las historias con una facilidad...
ResponderEliminarPrecioso! Y con tu historia, más. Sigo con mi cadena de agradecimientos (a ti, a Kato) y añado a los escultores, entre todos nos estáis haciendo pasar unos momentos hermosos.
ResponderEliminarBesito.
a que mono!
ResponderEliminarpobre.... será que estaremos así algún día?
Gargón, tienes razón, si te fijas hasta el grifo tiene telarañas...
ResponderEliminarEs que tengo mucho rollo...
ResponderEliminarNina, eso es lo importante, pasar buenos momentos.
ResponderEliminar¡La vida son cuatro días!
Kato, esperemos que no.
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