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8/3/18

Editorial Ramón Sopena


Este mural, con recortes de los restos de un edificio que fuera la sede de la famosa Editorial Ramón Sopena, está en los jardines de Maria Mercè Marçal, un interior de manzana conformado por las calles Provença, Rosselló, Viladomat y Compte Borell en l'Eixample de Barcelona.

Las baldosas y relieves escultóricos que lo configuran fueron rescatados por los vecinos cuando el edificio de la Editorial, en la calle Provença, fue derribado por la empresa constructora que se quedó con él. Unos elementos que el Ayuntamiento no daba la menor importancia, pero que para el vecindario eran de gran valor sentimental.

¿Os suena esta Editorial? Seguro que sí, o por lo menos el diccionario Iter Sopena. Yo sí, recuerdo ese diccionario y un montón de libros escolares y de lectura.


Ramón Sopena López, de origen aragonés, fundó en 1894 la editorial que lleva su nombre y que fue durante un siglo una de las principales editoriales de Barcelona.

Su trayectoría se dio inicio mucho antes en un taller tipográfico en Vilanova i la Geltrú. Después se trasladó a la capital, fundando esta editorial, primero periodística y luego dedicándose exclusivamente a la edición. Estuvo ubicada en distintos lugares, hasta su asentamiento en el edificio modernista de la calle Provenza de Barcelona, construido en 1929, a partir del proyecto modernista de Bonaventura Pollès.

En consonancia con la época, pero con un marcado estilo innovador en contenido y con maquinaria tipográfica avanzada, que permitía abaratar precios, las ediciones lo formaban colecciones de series literarias en el año 1900, divulgando a todos los grandes escritores de la literatura europea, en 1913. Más adelante, en 1917, libros de autores que formaban colecciones amenas para el lector medio y le siguieron, en obras completas de grandes autores y una interesante colección de cuentos infantiles publicada a partir de 1920 y colecciones juveniles.

A la muerte de Ramón Sopena en 1932, su hijo Joaquín, tomó el relevo de la empresa y a partir de 1950 la editorial se centró en los diccionarios, enciclopedias, manuales y guías, sin dejar de ofrecer publicaciones literarias de actualidad. Se conoce la extensa gama de diccionarios de lengua española o bilingües editados durante medio siglo que hicieron de la editorial una referencia en la materia: desde la Enciclopedia-Diccionario Sopena en 2 volúmenes, hasta los Diccionarios Iter de formato cuadrado y contenido mínimo, utilizados durante medio siglo en España y en Latinoamérica.

Hasta 1990 la sede central de la Editorial Sopena estuvo situada en en la calle Provenza, hasta su traslado a la calle Córcega, último emplazamiento hasta su quiebra en el año 2004.










¿Y por qué os cuento todo esto?
Estuvimos allí hace poco, evidentemente un "jueves" para ver, a través de los andamios metálicos, esos restos porque, al parecer, en el proyecto de reforma de esos jardines no figura que se vaya a conservar este mural, así que esos restos de la Editorial Sopena van a desaparecer definitivamente.


4 comentarios:

  1. Una pena que se pierdan esos restos, como se perdió una editorial que no supo reconvertirse. Fue muy grande en su momento, de las más grandes. Yo aún conservo unas cuantas de sus enciclopedias en casa de mis padres. Además de diccionarios, novelas, guías, cuentos... Corren malos tiempos para los libros.

    Al menos tú, Montse, llegaste antes de que se perdiera todo. ^_^

    Besitos.

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    1. Hola Kine, se te ve poco por estos mundillos de las redes ¡qué alegría saber de tí! Te sigo en Facebook, pero tampoco te prodigas mucho ;)
      Muchos recuerdos tengo de esa editorial, en casa aún quedan algunos libros guardados de novelas que leí en la juventud y algún diccionario seguro que también ¡ay! Ahora, con internet, enciclopedias y demás han quedado obsoletas, son las cosas que se pierden en favor de otras que las sustituyen, no digo que ni mejor ni peor.
      Tal vez por esa nostalgia, mi hermana y yo nos acercamos a esas obras a rescatar unas fotos de lo que queda y que puede perderse para siempre.
      Un beso grande, Kine.

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  2. ¡Claro que recuerdo los diccionarios Sopena! Más de uno pasó por mi casa también.
    Revivir la etapa escolar suele traerme emparejado un sentimiento de nostalgia.
    Es una pena que esas reliquias del pasado se puedan perder. ¿Nadie se hará cargo de ellas?
    De todas formas imagino que una institución tan importante como la de la familia Sopena no caerá en el olvido.
    Muy interesante todo, Montse

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    1. Comparto contigo esa especie de nostalgia cuando me acuerdo de mi época escolar, es inevitable que nos vengan un montón de buenos recuerdos y de ese tiempo pasado ¡y más si ha pasado un montón, como es mi caso!
      No sé si la familia está por la labor de recatar estas reliquias, yo diría que no ya que éstas las rescataron los vecinos sin colaboración alguna de la familia Sopena ¡qué pena!
      Un beso enorme, JuanRa.

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