"El món neix en cada besada" es el título de este fotomosaico mural que en el año 2014, con motivo de la conmemoración del tricentenario del origen de la Diada de Catalunya, realizaron el fotógrado Joan Fontcuberta y el ceramista Antoni Cumella.
Lo vimos uno de esos famosos "jueves" en la Plaça Isidre Nonell, cerca de la Catedral, en el barrio de Cuitat Vella de Barcelona y un día como hoy, día de los enamorados, creo que es una buena ocasión para mostrarlo.
Porque más allá de lo que quiere conmemorar, un beso es un acto de amor y el mundo nace en cada uno de los besos que damos y que recibimos.
Está confeccionado por 400 teselas de cerámica, en 50 filas, gracias a la contribución voluntaria de miles de ciudadanos, que aportaron sus fotografìas, con un lema común: la libertad.
Personalmente, me fascina más observar todas y cada una de esas imágenes, esos momentos únicos y significativos para cada una de las personas que hicieron las fotografías, que reflejan sus sentimientos y su percepción de la vida y la libertad, que el mural en su conjunto.
Cada uno de nosotros tenemos una manera distinta de sentir la libertad, el amor, la vida y es magnífico poder disfrutar de esas sensaciones a través de la espontaneidad de estas fotos.
Me pregunto qué foto habría aportado yo, en el caso de haber podido contribuir ¡Me habría encantado participar!
Sin duda habría sido una foto de la naturaleza, uno de esos momentos que son tan mágicos para mi, como el color otoño, un rayo de sol que se filtra entre las ramas, una flor silvestre o un atardecer frente al mar en calma, un faro, la luna, una gaviota, un día de lluvia....
Me extendería hasta el infinito, pero mejor os dejo más imágenes del mural.
Y esta placa explicativa, de la que cabe señalar la cita de Oliver Wendel Holmes.
¡Y ese beso inmenso!