Amigos y seguidores

2/2/17

Un graffiti en el Cuartel


Os habrá parecido muy raro eso de que haya un graffiti en un Cuartel, y también que visitáramos un cuartel en nuestros paseos de los jueves, pero es cierto, hay uno y además con título  "Jabón, Pan y Caramelo", lo veremos al final, porque primero os quiero aclarar lo del Cuartel, que ya no lo es, ya que ahora es un espacio para el barrio del disdtrito Horta-Guinardó.

En la primera foto se ve la fachada principal del antiguo Cuartel de Gerona (Caserna de Girona) que está en la calle Lepanto y que se confunde con otro antiguo cuartel, el de Lepanto, del cuerpo de Ingenieros, que se encuentra en la confluencia de Barcelona y Hospitalet de Llobregat.

La Caserna de Girona era uno de los cuarteles más grandes que se encontraban dentro de la ciudad, con 48.000 m/2 de superficie que ocupaban toda la manzana y perteneciente al cuerpo de Caballería. Las obras se iniciaron en 1891 y fueron tan largas que el cuartel se acabó en 1929.



Atravesando la puerta principal se accede a este pasaje cubierto, en donde seguramente estaban las dependencias de los mandos, se llega al recinto interior o patio, para mi gusto, la parte más bonita.


Esta es la fachada que da al patio interior, con su reloj sobre la galería acristalada y las ventanas bajas. Los soldados estaban instalados en barracones alejados de esta construcción, pero de eso ya no queda nada.


En cada uno de los laterales pueden verse las argollas que se utilizaban para amarrar a los caballos.


Es algo que nos impresionó a mi hermana y a mi, porque papá hizo la mili en este cuartel, nos habló de él y de como cuidaba a los caballos cepillándolos o limpiándoles los cascos y también como les proporcionaban agua limpia dos veces al día y buena paja o como aseaban los establos. En realidad en esos quehaceres estuvo poco tiempo, porque como sabía conducir en una época en la que pocos tenían carnet, eran los años 40, lo hicieron chófer del capitán o coronel, no sé. Una vez hizo una trastada y lo castigaron a limpiar el estiércol ¡aggg! nos reíamos mucho cuando nos contaba los detalles.

Acaricié algunas de esas argollas, como si con ello pudiera sentir a papá de nuevo junto a mi. Luego miré a mi hermana y le vi unos brillitos de emoción en los ojos que me indicaban que estaba pensando lo mismo. ¡Hace tanto que nos dejó!
¡Uf, me he puesto melancólica! sigamos...


Frente al edificio, hoy hay una gran explanada con zona ajardinada, lago, zona de juegos y zona infantil.
Y es allí donde vimos el graffiti!


En la pared de uno de los laterales del recinto estaba este simpático graffiti, compuesto de unas casitas y unas golondrinas azules volando alrededor.


Extraño ver una configuración infantil dentro de un antiguo cuartel ¿verdad?


A la derecha vemos la firma de la autora, Nuria Toll.


Y aquí están Jabón, Pan y Caramelo, las tres golondrinas protagonistas del graffiti.

10 comentarios:

  1. Bom dia, as fotos são excelentes, o graffiti urbano quando suaves e bem feito é agradável.
    AG

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Antonio, me alegro mucho que te guste este graffiti.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Preiosas fotos, el graffiti es una maravilla con esas hermosas golondrinas. Un besin muy grande Montse.

    ResponderEliminar
  3. Precioso lugar, me ha impresionado que tardaran 38 años en construirlo, y las golondrinas muy monas, pero me quedo con la historia que has compartido de tu padre, de sus recuerdos de mili, y sobre todo de tu sensibilidad al recordarlo, esa caricia a la argolla y esa mirada emocionada con tu hermana, me has trasmitido toda la nostalgia del mundo. Espero que los recuerdos de tu padre se mantengan siempre vivos, así siempre estará contigo.
    Un besote
    :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi lo que me sorprende es que hay cosas que se necesiten años para construir mientras que hay otras, los graffitis por ejemplo, que se hagan en una sola noche y también, en una sola noche, puedan ser destruídas.
      Nos emocionamos mucho, las dos, y yo otra vez al escribir esta entrada ¡ayyy, esos recuerdos nunca se olvidan!
      Muchas gracias, preciosa. Besos.

      Eliminar
  4. El mejor destino que se le puede dar a un Cuartel abandonado. Así se consigue mantener esa estupenda fachada y el edificio, y a la vez lo disfrutan los niños. No se puede pedir más.

    Y me encanta el grafiti de las golondrinas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene toda la razón, Hit, algo para el disfrute infantil es el mejor destino que podría tener un cuartel ¡me ha encantado esta observación!
      No pidamos más ;)
      Muchísimos besos.

      Eliminar
  5. Qué bonito que las dos hermanas paseárais por los mismos rincones que tan bien conoció vuestro padre. Muy lógico que os emocionárais.

    Me ha gustado ver estas fotos. La de la argolla tiene mucho encanto, con esos colores desconchados por el paso del tiempo pero todavía resistiendo.

    Un abrazo, Montse

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos emocionamos e imaginamos a papá en aquel cuartel, con los caballos, siendo un joven ajeno a que en el futuro formara una familia y tuviera dos hijas ¡la vida tiene esas cosas! y en momentos así nos da un toquecito en el corazón.
      La foto de la argolla está hecha con cariño, creo que ese es su encanto.
      Muchos besos.

      Eliminar

Bienvenido/a a "I SENSE BOTANIC"
Puedes decir lo que quieras siempre que sea respetuosamente.

¡Muchas gracias por dejar tu opinión!