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12/5/16

Jardines Anaïs Napoleon


Los jardines Anaïs Napoleon están situados en un interior de manzana del Eixample de Barcelona, concretamente en el cuadrado que forman las calles Marina, Caspe, Serdenya y Gran Vía. Estos interiores de manzana son espacios que progresivamente van siendo recuperados para hacerlos tal y como Ildefons Cerdà los diseñó, zonas ajardinadas para disfrutar de la convivencia entre vecinos.
Cada una de estas "illes" o patios tienen una identidad propia, conservando elementos que recuerdan el pasado de la zona, como el que vimos en la Fábrica Lehmann.



En el caso de los Jardines Anaïs Napoleón, se trata de imaginarlo como un piso, con su recibidor a la entrada, árboles frutales que simulan el paso a la cocina o habitaciones recreadas como zonas infantiles.


Y otras, como la terraza, acondicionada para el descanso o para jugar al ajedrez. 
Cuesta imaginarse ese piso, para ello hay que echarle algo de imaginación, algo que no le faltó a nuestra protagonista, Anaïs Napoleon, que fundó un imperio.


Los jardines rinden homenaje a una mujer, Anaïs Napoleon, pionera fotógrafa en España, que junto a su marido Antonio Fernandez, fundó en 1852 el imperio fotográfico conocido como Napoleon, sin acento para darle un toque chic francés entonces de moda.
Un breve resumen de esta saga familiar se expone en la entrada a los jardines y de ahí tomamos, en nuestro paseo de los jueves, las fotografías ¡fotografías de fotografías! es casi un sacrilegio ponerles mi nombre encima.


Esta es al parecer la única fotografía de ambos, Anne Tiffon y Antonio Fernández con su nieta en 1902. 

Ella nació en Narbona, sus padres Napoleón Tiffon y Marie Casan se trasladaron a Barcelona en 1846 y allí conoció a Antonio Fernández, un albaceteño, músico del regimiento de infantería. Se casaron en 1850 y tuvieron siete hijos, tres de los cuales siguieron con la saga familiar del negocio.


El estudio fotográfico se instaló en un pequeño local del segundo piso de las Ramblas, frente a la Iglesia de Santa Mónica, con el nombre de Fernando y Anaïs, ya que ella siempre lo llamó Fernando porque Fernández no le gustaba, después adoptaron el Mr Fernando y Anaïs Napoleón que les dio reconocimiento.

Las magníficas fotografías y "tarjetas de visita" realizadas por Anaïs les dieron fama y riqueza, así como los daguerrotipos, miniaturas, fotografías pintadas que parecen óleos y algunos de sus trabajos realizados sobre espejos y cerámicas, con técnicas de las que tenían la patente que imposibilitaba que nadie más las realizara, incluso trabajos fotográficos de fotografía post mortem.



Este es el dorso que figuraba en las fotografías cuando, en 1867, su hijo primogénito Emilio toma las riendas del negocio, bajo el nombre de "A. y E. Fernández dis Napoleon" en Barcelona, mientras que Napoleón Francisco, regenta un estudio fotográfico en Madrid. Años más tarde, en 1896, se abre otra sucursal en Barcelona, dirigida por Napoleón Fernando, el tercer barón de la familia.


Este es un cartel modernista, realizado por Alexander de Riquer, para la empresa Napoleon en 1895.
El imperio Napoleon, sin acento, se extiende, se reciben premios y condecoraciones en España, Portugal y Francia y hacen retratos a miembros de varias de las familias reales europeas. Antonio Fernández, fue nombrado fotógrafo de cámara del Rey Alfonso XII en 1875.

Anaïs se interesaba por todos los avances y novedades de la época, por eso cinco días después de la presentación del cinematógrafo en Barcelona por los hermanos Lumière, los Napoleon adquirieron la representación de la marca en 1896 abriendo una sala de cine en las Ramblas y otra, en 1901, en el Paralelo, con gran éxito, tanto que la competencia en este sector acabó por obligarlos a cerrar en 1908.


Fotografía de Alfonso XII y la reina María Victoria de Inglaterra, en su visita a Barcelona de 1929, realizada por la tercera generación Napoleon, formada por Santiago Felíu, más conocido como Napoleón Santiago en Barcelona y Emilio García en Palma de Mallorca.

Foto tomada del Archivo Fotográfico de Barcelona (bcn.cat)

Anaïs Napoleon murió en 1912 y Antonio en 1916. Ellos fueron los creadores de un imperio fotográfico que tuvo su ocaso en la última galería presentada en 1933 por sus nietos, pero nos dejaron un legado, el espíritu de la fotografía del retrato, que va más allá de la imagen de una persona en una postura y en un decorado estudiado, porque un buen retrato nos revela parte de la personalidad y del alma del retratado, sobre todo a través de sus ojos y su mirada. 
Es una manera de ver la vida a través de una mirada ajena, echándole una pizca de imaginación.

6 comentarios:

  1. Pues está fenomenal, y la verdad es que yo no tenía ni idea de quien era Anais Napoleón. Ahora me has dejado, una vez más, con ganas de haberlo visto a mi paso por tus tierras el año pasado. ¡Al final me vas a hacer volver!

    Por cierto, estaba en Copenhague con tu anterior entrada, pero esa era muy fácil ^o^

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    1. ¡Ayyyy, me has pillao! Yo lo que quiero es que vengas a mis tierras y nos hacemos unas birras, jeje.
      Ya sé que estás con la sirenita :)
      Besis.

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  2. Siempre nos acercas a lugares y personajes interesantes de tu ciudad. Me ha gustado conocer a esta familia de fotógrafos, a Anais, una mujer (como se suele decir) adelantada a la época, y ver esas fotos de otras fotos me ha fascinado, no sé que tienen los retratos de antes, quizá su imperfección, pero tienen un poder, consiguen atrapar al que mira, es como si tuvieran vida propia, como si estuviéramos en el universo Hogwarts por ejemplo.
    Besos Montse
    :D

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    1. A mi me pasa igual, me fascinan esos retratos antiguos, tienen una magia especial y da un no sé qué ver personas que sabes que ya no están en este mundo, pero que siguen formando parte de él a través de esos retratos ¡qué gran invento la fotografía! Sí, el universo Hagwarts debería existir ¡o tal vez exista!
      Me alegra mucho que te gusten estas historias, Ana.
      Mil besos.

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  3. Con lo mucho que me atrae el retrato antiguo y los carteles modernistas, imagínate lo que me ha gustado conocer a la tal Anaïs Napoleon (sin acento en el apellido pero con diéresis en el nombre :D)

    Dedicar toda una vida a una pasión debe ser lo más satisfactorio del mundo.

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    1. Me alegro que te guste, también a mi me va mucho el arte modernista.
      Hoy me quedo con tu última frase, porque siempre he pensado que la felicidad está muy relacionada con la actividad que hacemos y si esa es nuestra pasión, la tenemos garantizada. Bueno, tu lo has dicho mucho mejor!
      Un besito, JuanRa.

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