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21/1/16

Historia familiar en la ventana

Autor; Robert Barns

Mi bisabuela Josefina vivía en una ciudad junto al mar, una de esas ciudades mediterráneas llenas de luz y brisa que huelen a salitre en cada esquina, con ese aroma marinero que se filtra por las rendijas de cada hogar y que, instalándose, produce en sus gentes una inexplicable dependencia a su influjo.

La abuela nos contó que su madre pasaba horas enteras delante de los ventanales que daban al puerto, contemplando los barcos que se mecían en las olas,  ensimismada en sus propios pensamientos, hasta bien caída de la tarde. Y así es como la imagino, melancólica y marinera. Así, un poquito como yo.

Autor: Steve Hanks

Por aquellas cosas de la Gran Guerra la familia se trasladó al campo, a casa de tía Camila, que amablemente les había ofrecido cobijo hasta que las cosas volvieran a orden, expresión exacta que nos contó mi abuela años después.
Allí mi abuela Anastasia y su hermana Paulina, en aquella pacífica y bucólica estancia tocaban el piano junto a las ventanas. Eran siempre las mismas melodías, repitiendo las memorizadas notas una y otra vez, en un intento de contentar a su madre que se había empeñado en que las niñas aprendieran ese arte, mientras afuera brillaba el sol y la guerra quedaba tan distante como los campos floridos en invierno.

Autora : Antonina Rzsevskaya

Nos contó mi abuela que la prima Mariona parecía haber heredado ese extraña afición de mirar por la ventana en silencio. Solía observarla y ver como le brillaban los ojos y como se le iluminaba la cara de felicidad, como si fuera lo que fuera que estuviera viendo sin duda era algo extremadamente maravilloso que sólo ella alcanzaba a entender.

Autor : Daniel Gerhartz
Años después, en una visita de verano a casa de tía Camila, comprobó que su prima Mariona seguía viendo cosas maravillosas a través de las ventanas, pero entonces a la abuela eso ya no le pareció algo tan extraordinario.

Autor : Igor Kazarin

Eran los felices años veinte, el mundo había cambiado, más que mirar un mundo por la ventana había que salir a verlo, decía mi abuela Anastasia y eso es lo que hizo. Ella fue la rebelde de la familia, la que recorrió medio mundo a pesar de su fragilidad, la artista, la escritora, la musa de todas nosotras.


Autor : Delfin Enjolras
En su madurez, cuando su delicada salud no le permitió seguir siendo aventurera y se convirtió en una apasionada lectora, fue cuando mi abuela Anastasia finalmente se sentó delante de la ventana. Allí la encontrábamos siempre mis hermanos y yo cuando íbamos a visitarla con mamá, allí nos contó todo esto y mucho más.


Autor: Edvard Munch
El miedo, el horror y la miseria no son dignos de ser contemplados, por eso a mamá la Guerra Civil le quitó las ganas de mirar por la ventana.

Autor : Henry Lebasque
Sin embargo, guardo en mi retina las tardes que pasábamos juntas, ella cosiendo y yo bordando, con el balcón abierto de par en par y el fresco y la luz entrando hasta la sala de nuestra casa, que era un piso en un barrio sencillo de la ciudad, una que tiene mar, aunque no lo divisáramos.

Autor : Henry Pavolosky
Yo si tenía de niña esa necesidad de mirar, de observar, de contemplar el mar como hacía mi bisabuela Josefina, con la diferencia de que ella lo veía y yo me lo imaginaba. Tal vez mirar afuera no es más que una manera de mirarnos hacia dentro de nosotros mismos.


Y un día encontré a mi hija mirando por la ventana, vestida de negro, en silencio y con la mirada perdida como si buscara respuestas a todas esas preguntas que no las tienen, intentando averiguar lo que el horizonte esconde más allá del hogar, con esas ansias de ser, de crecer, de vivir.

Ella me miró y viéndome sonreír, me dijo :  
- ¡qué pasa, mamá! ¿nunca has visto a nadie mirar por la ventana? 
- ¡pues claro que sí, cariño! - contesté - es una historia que me resulta muy familiar.


8 comentarios:

  1. Hermosa historia, Montse. Pareciera que describieras mucho de mis retratos en esta entrada. Me encanto!
    Besazo!

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    1. Enhorabuena por tu reciente maternidad, mi querida Marisa!!
      Es verdad, tienes algunos retratos cerca de la ventana, precisamente con esa dulce melancolía de mirar o más allá o en tu interior y que tanto me gustan.
      Un beso muy muy grande.

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  2. Bonita historia :)
    Mi abuela materna también era muy "mirona". Tenía en su cada un pequeño balcón acristalado y en él pasaba las horas de la tarde entretenida simplemente viendo a la gente pasar.
    Yo me embeleso mirando por la ventana cuando llueve. Esos momentos tienen una magia especial.

    PD. La foto que más me ha gustado es la de la chica en el pajar

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    1. Una historia que tiene parte de verdad de mi familia y una pizca de invención, pero que al fin y al cabo desvela esa pasión por mirar por la ventana, una manera de relajarse o de dejar volar la imaginación. Cuando llueve hay más magia!
      Me costó buscar las pinturas adecuadas para hacer esta entrada y la chica del pajar es una de mis favoritas también :)
      Muchos besos y feliz finde.

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  3. Es una historia preciosa. Y además, tengo que elogiar tu buen gusto: los cuadros que has elegido para ir narrando quedan genial y además son todos una pasada de buenos. Seguramente tengas un gran talento oculto (o no) para el arte :)

    En serio, me encantó leer este post.

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    1. ¡Talento oculto, qué más quisiera yo!
      Los cuadros elegidos me han gustado especialmente dentro de que se pudieran adaptar al texto y a la cronología del tiempo.
      Me encanta que te haya gustado :)

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  4. Maravillosa entrada, Montse, preciosa tanto por el texto como por las imágenes que lo acompañan.
    Mirar a través de la ventana es algo que da mucho juego tanto en el arte como el lo que representa. En mi familia hay una mujer que siempre está mirando la ventana, es mi abuela, ve el tiempo pasar, el paisaje que cambia con la luz, la gente que viene y va, así que esta entrada me ha recordado a ella, además siempre que nos despedimos, ella nos dice adiós desde su ventana, es su costumbre, lo que me enternece mucho.
    Un abrazo
    :D

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    1. Me gusta que tu abuela sea "de las nuestras" de las que mira por la ventana, el mundo, las gentes, la realidad o la fantasía. Aprovecha a darle un abrazo inmenso a tu abuela, ahora que puedes, y una sonrisa desde la calle que le llegue al corazón asomado a la ventana, te lo digo porque ahora creo que debí dar más abrazos a la mía.
      Un montón de besos!!

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