Paulino vio como volvían de su paseo el Señor Rey y sus hijas, Marisol y Mariluz, más alegres que cuando salieron y con las mejillas coloreadas por el sol.
- Hemos visto los patos - decía Mariluz - hay muchos, en el estanque nuevo ¡son monísimos! y el estanque es enorme.
- Si, pero papá no nos ha dejado acercarnos - dijo Marisol
- Es que os podíais caer al agua
- Pero les hemos dado de comer - exclamó Mariluz
- Migas de pan - dijo la otra - Tenía que haberlos visto, señor Paulino ¡las devoraban enseguida!
- Y también había peces...
- ¡De colores!
- Observo que se lo han pasado muy bien - dijo Paulino
- Ellas siempre se lo pasan bien y me lo hacen pasar a mi también ¡están llenas de energía! - contestó el Señor Rey, sonriendo.
- Buenos días, Paulino
- Buenos días, Doctor Leoncio - contestó - acaban de volver de un paseo.
- ¡Eso está muy bien! - y añadió - Le he dicho muchas veces a Doña Eulalia que tiene que salir de casa, tomar el aire y caminar, que es bueno para las dos.
Como todos los domingos, el Doctor iba a visitar a Doña Eulalia y a su hija Laia, unas visitas que a Paulino se le antojaban más allá de profesionales. Era un hombre robusto, fuerte y dominante, demasiado joven para la madre y demasiado viejo para la hija.
Después de comer, Paulino estaba de nuevo en el vestíbulo ansioso por ver aparecer a su amada Sara que aún no había regresado del paseo matutino. En unas pocas horas ya empezaría a oscurecer y le preocupaba que andara sola por el parque ¡era tan intrépida esa joven!
No tardó mucho en verla y además acompañada de otra joven y un niño.
- Buenas tardes, Paulino - le dijo con una bonita sonrisa nada más traspasar el portal - Le presento a mi hermana Sofía y a su hijo.
- Encantado de conocerla, Señorita Sofía y a tí también - saludó mientras emitía un suspiro de alivio.
- Eduardo, encantado - dijo el chico estrechándole la mano - Tía Sara ha comido con nosotros y ahora venimos a que me haga un retrato.
- ¡Oh, Eduardo, nos has fastidiado la sorpresa! - rió Sara - ¿Se acuerda, Paulino, que le hablé de nuevos proyectos?
- Por supuesto que lo recuerdo.
- Pues bien, voy a hacer una escultura
- ¿De chico?
- Del chico y de Sofía
- Está entusiasmada - añadió Sofía
- Sí - dijo Sara - así que no nos demoremos más, subamos. Quiero aprovechar este poco rato de luz para hacer las primeras pruebas, porque se me ha ocurrido que... - siguió hablando de esa forma en que ella lo hacía, sin tregua y con mucha pasión, mientras se introducía en el ascensor y apenas acabó diciendo - ¡buenas tardes, Paulino!
Cuando Paulino se quedó solo se imaginó a la hermosa Sara moldeándole con las manos, acariciándole con los dedos llenos de arcilla, o esculpiéndole en piedra y haciendo de él una figura que quedaría perpetuada en aquel edificio, en uno de los frisos o en una esquina de la entrada principal.
Y así se siente, como una figura de piedra en una soleada mañana.
Genial continuación del relato. Me gustan los personajes, lo bien definidos que están y como hablan, y al mismo tiempo hay algo misterioso en torno a esta comunidad de vecinos que te da que pensar, está muy bien Montse.
ResponderEliminarBesitos
;))
Estoy feliz, Ana, porque me alegro mucho que te haya gustado. De momento no tengo más fotos para seguir, pero todo se hará, jeje.
ResponderEliminarUn beso grandote, guapa.
A mí lo que más me gusta Montse es tu manera de mostrarnos lo que tus ojos han visto, amenizado con esas historias tan cotidianas.
ResponderEliminarHaces que nos guste ver monumentos, o piedras que diría mi hermano.
Petons
Me encanta que te gusten mis historias inventadas sobre esas "piedras" y es que tengo tendencia a imaginarlas, las historias, en muchas de las cosas que miro.
ResponderEliminarPetonets, jaja.. ¿pero tú no eres gallego?
Ya te contesto yo que nuestro amigo Hit es un poco madrileño y un poco gallego, pero sobre todo cartagenero, pues allí nació,
ResponderEliminarA mi también me gusta la sencillez de una historia bien contada, con diálogos vivaces como en este texto :)
Entonces, ¿continuarás?
Tenía mis dudas sobre Hit, pero no imaginé que fuera cartagenero :)
EliminarParticularmente me gusta más escribir cosas más complejas, si hay inspiración jaja. las historias sencillas también pueden ser buenas historias, lo que más me cuesta es la recopilación de fotos que cuadre con ellas, pero en esa dificultad está la gracia, digo yo.
Como le he dicho a Ana, en cuanto tenga unas piedrecitas más de estas sigo.
Besitos de domingo!
Me faltaba esta parte por leer y me ha gustado tanto que quiero saber más de la vida de los personajes.
ResponderEliminarUn beso
¡Valeee! ya mismo estoy recopilando fotos de piedras para hacer la tercera parte :)
EliminarUn beso gordo, guapa.