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10/7/13

FOTO-CUENTO de Aventura (fin)


El tesoro visto de cerca era muchísimo más valioso de lo que habíamos imaginado. Había, además de las numerosas monedas de oro, planta y cobre, algunas piedras preciosas, seguramente de gran valor.

Descubrir aquel tesoro y la circunstancia en la que nos encontrábamos mi compañero y yo era muy peligrosa. Nosotros estábamos allá abajo, sin posibilidad alguna de salir si no nos ayudaban y ellos no tenían modo de hacerse con el tesoro si nosotros no lo subíamos. Debíamos confiar los unos en los otros y por eso, sin darles tiempo de reaccionar, les grité: 
-Tirarnos una cuerda para subir el tesoro!

(Esta foto es repetida ¡es que ya no tengo más!)

-Recogeremos las monedas del suelo mientras subís el cofre- dijo mi compañero, y luego en voz baja me explicó su plan -Si suben todo el tesoro podrían ser capaces de dejarnos aquí, así que acabo de tener una idea, tú sígueme el juego.

Recogimos todas las monedas esparcidas y las pusimos dentro de los recipientes de barro. Cuando volvieron a lanzarnos la cuerda, él les dijo:
-No podemos enganchar la cuerda a estos recipientes, será mejor que los llevemos en brazos mientras nos subís.

Yo subí primero, abrazando el más pequeño y luego subieron a mi compañero con el segundo y una vez arriba nos miramos entre nosotros. Los hermanos sonreían y los otros dos hombres empezaron a ponerse nerviosos. Nuevamente me adelanté, viendo el desconcierto general y la poca capacidad de reacción de los cuatro.

-Ahora debemos llevar todo esto al Ayuntamiento- empecé a reir a carcajadas -¡Menuda recompensa nos van a dar por haber encontrado este tesoro!
-No, de eso nada- dijo el mayor de los hermanos -el tesoro es de mi familia ¡es nuestro!
-Pero...- dijo mi compañero
-¡Ni peros, ni peras! Ahora mismo nos lo repartimos ¡trae las sacas!- le increpó a uno de ellos.

¡Era inaudito! ¡Nos íbamos a repartir el tesoro! Vimos la buena fe de aquel hombre y la de los demás que, sin decir ni una palabra, acataban lo que parecía que ya tenían establecido. Eran buena gente, aunque algo cabezotas porque de nada sirvió que les dijéramos que no era tan fácil convertir esas monedas antiguas y mucho menos las piedras preciosas, en dinero, sin aclarar el tema con las autoridades.
Pero no era el momento ni el lugar para poner pegas.

El reparto fue justo. A nosotros nos dieron una saca, que venía a pesar unos 25 kilos, con diversas monedas y alguna que otra piedra. Los dos hombres silenciosos y parcos, recibieron una saca cada uno de similares características y ellos, los hermanos, se quedaron con el resto. 


Ya acababa el día cuando mi compañero y yo íbamos por la carretera de vuelta a casa. Miré por la ventanilla el coche y sonreí, pensando en los dos días turbulentos que había viviendo en aquellas montañas, en aquella aventura tan singular y en la saca que llevábamos en el maletero.

Fin


8 comentarios:

  1. Qué tipos más raros! Yo tendría la sensación, al día siguiente, de habérmelo soñado todo...

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    1. María, en un principio esa era mi intención para el final, un sueño, pero ese final "tan redondo" no me acababa de convencer y por eso el cuento acaba de la misma forma absurda como empezó, lo cual no dejar de ser también "redondo" ¿verdad?
      Pero, bueno, dime ¿te ha gustado o no?

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  2. Pues fíjate que tenía ganas de que llegara el final para conocer el desenlace y ahora que ha llegado me da lástima que haya acabado.

    Espero que te apetezca contar alguna foto-aventura más, porque se hace muy ameno.

    PD. Y si es posible que me aclares una intriga... ¿y ese tesoro? ¿de dónde lo has sacado? :0

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    1. Da lastimilla ¿verdad?, ahora que ya les habíamos cogido el tema, pero hay que acabar los cuentos, a ser posible con final feliz, para poder hacer otros, jiji

      Mira, lo de la intriga del tesoro, tiene trampa. Como sabrás hice una escapada a Lanzarote, allí estuvimos en el Castillo de Santa Bárbara, hoy convertido en el Museo de la Piratería y vi ese tesoro pirata ¡yuipiiii, ya he encontrado el tesoro! exclamé (mi maridito me miró como si estuviera loca, jeje) y no era para menos porque tenía un gran problema con ese tema ya que el foto-cuento ya estaba en marcha, no sabía como acabarlo pero desde luego debía de ser con un tesoro ¡así que por casualidad me vino que ni pintao!

      Besitos :)

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  3. Muy bien pensado lo de subir cada uno con una tinaja en brazos, jeje... Por si acaso... ;) Enhorabuena por el foto-cuento, Montse. Menudo trabajo... Muy buena historia. Me gustó mucho.

    Besos.

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    1. No te creas, Kine, estuve maquinando a ver cómo los sacaba de allí ¡menos mal que una tiene recursos! eso será porque he visto muchas pelis de aventuras jeje.
      Me alegro que te haya gustado, yo no estoy demasiado contenta con el texto, no es nada del otro mundo, pero es entretenido o eso creo yo.

      Mil besos!!

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  4. Montse, me ha gustado mucho tu final. Todos contribuyeron en la búsqueda del tesoro y lo justo es repartirlo porque la verdad que la opción de llevarlo al ayuntamiento tal y como está el panorama, en el que los justos que son muchos pagan por los pecadores que son 4 gatos pero los que más poder tienen, lo mejor es repartir las monedas y listo, calisto.

    Un beso

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    1. Un final feliz y un final justo ¡como debe ser!
      Me alegro que te haya gustado, Pixel.
      Mil besos :)

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