Divisábamos el salto de agua del río desde donde nos encontrábamos y nos disponíamos a volver a revisar nuestro mapa y los textos que teníamos cuando nos pareció que por la montaña se asomaba alguien y que tal vez podrían ser aquellos hombres que nos buscaban.
Y entonces, por pura casualidad, mirando hacia las paredes de piedra por donde habíamos llegado hasta allí, es cuando vimos la señal. Dos rocas que tenían la forma de dos caras, una de ellas parecía que le estuviera hablando al oído a la otra, como contándole un secreto.
Enseguida supimos que allí estaba la clave, esa era la señal que buscábamos y sin dudarlo, nos adentramos en la estrecha hendidura del muro.
La hendidura daba a un angosto sendero que nos llevó río abajo sin ser vistos, amparados por la vegetación. Estábamos seguros de que íbamos por el buen camino para conseguir dos cosas: Librarnos de nuestros perseguidores y encontrar lo que buscábamos.
Bajábamos bordeando el río, pero cada vez el camino era más difícil entre el caminito y la amenazadora pared de roca que nos contemplaba impasible al otro lado.
No veíamos a nadie, pero nos sentíamos observados.
Continuará...
Continúo ensimismada con estas fotos, Montse. Cada vez que miro una de ellas es como si yo hubiera estado ya en ese sitio tan bonito. Yo pasaría de si me persigue alguien o no y me quedaría allí a vivir y, como soy experta montañera, no creo que me encontraran...;-)
ResponderEliminarUn beso.
¿Así que una experta montañera? ¡Anda, eso no lo sabía! siendo así no te resultaría difícil encontrar pistas en estos lugares, ya sabes, marcas, piedras, senderos ocultos ¡ay, como se me va la imaginación!
EliminarUn besito, guapa.
Jo parece que te hubiese ocurrido de verdad!!! Tengo una intriga...
ResponderEliminarMaría es que con las fotos parece más auténtica la historia, pero tranquila porque todo es producto de mi loca imaginación ¡es que he visto tantas pelis, jaja!
EliminarMuchos besos.
Pues creía que había dejado anoche un comentario...
ResponderEliminarDecía yo que a quien se le ocurre esconderse por esos lugares, huyendo y sin poder disfrutar de ellos con la calma necesaria.
Espero la siguiente entrega
( agggg, vaya fin de semana de intriga)
Es que si te persiguen... yo estaría muerta de miedo y me escondería en donde fuera, jaja.
EliminarEso de los comentarios a veces me ha pasado a mí también.
Mil besos, guapa.
No sé a dónde conducirá esto, pero me estoy dejando llevar encantado porque la intriga persiste y al mismo tiempo los paisajes son una delicia :)
ResponderEliminarLa historia con tantas fotos gana mucho, jeje.
EliminarFeliz domingo, JuanRa.
Las fotos son preciosas.
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