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10/10/12

Un pueblo dentro de una ciudad


Una de nuestras visitas de los jueves fue al barrio de Poble Nou. De todo el recorrido me quedo con esta Plaça Prim, porque me pareció lo más representativo del barrio, una plaza que fue primero lugar de encuentro de pescadores y después un testigo mudo de la historia de Barcelona, desde la industrialización del siglo XIX hasta la actualidad.

La plaza ha visto crecer fábricas y cooperativas. Ha vivido la segunda república, la guerra civil y el franquismo. Le dió la espalda al mar, mientras la inmigración y la pobreza ocupaban sus calles y casas.  También ha visto el cierre y el abandono de esas mismas fábricas que vio nacer y el resurgir de pequeños talleres, de comercios y el aumento demográfico, la llegada del metro, las asociaciones vecinales y ha vuelto a abrirse al mar.



El restaurante "Els pescadors" que ofrecía vino y pescadito frito a los que se apeaban de la línea ferroviaria de Mataró, carajillos a los obreros de las fábricas al amanecer y café a tertulianos políticos y culturales por las tardes, hoy, en esa misma plaza, sigue ofreciendo sus delicias combinando tradición y modernidad.




Esta pequeña Plaça Prim y sus calles adyacentes, con esas casas bajas tan blancas, guarda las características de aquello que fue, un pueblo de gentes trabajadoras y sencillas, pero que curiosamente se halla dentro de una urbe que al extender sus brazos hacia el mar chocó con él abrazándolo. 



Me enamoraron los tres magníficos ombús o bellasombras como los llaman aquí, ¡cómo no fijarme en ellos! traídos de las lejanas tierras de Argentina y Uruguay que adornan esta plaza. Ellos, de los que se discute si son árboles, arbustos o simple planta,  también forman parte de la historia de este barrio, Poble Nou, que ya no es un pueblo, ni es nuevo y ni siquiera es mi barrio, pero es mi ciudad.



Y cuando mi mirada vuela a las alturas y diviso esos balcones que tanto me atraen... veo que ciertamente es un pueblo dentro de una ciudad.


12 comentarios:

  1. Muy bonito tu recorrido, Montse. Un sitio con mucho encanto. La esencia de un pueblo dentro de una ciudad. Imagino que mi padre, que era un enamorado de Barcelona, me habrá llevado a ese barrio alguna vez. La verdad es que no lo recuerdo. Qué bonito ese "bellasombra", tanto el árbol en sí como el nombre.

    Un beso.

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  2. Me alegro haberte traído tan bueno recuerdos, porque esos momentos son los que nos acompañan siempre.
    No se sabe porqué lo llaman así, pero no hay más que verlo, tan majestuoso, con ese tronco grueso y las raíces que sobresalen como queriéndose escapar del suelo que lo alimenta, los roncos gruesos, las ramas llenas de grandes y verdes hojas que dan mucha sombra. Digo yo que será por eso, pero dada mi pasión por los árboles podría ser pura invención mía (aquí lo puedo decir, no en mi Botànic, jiji)

    Mil besos, guapa.

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  3. Es lo mejor que tienen las viejas grandes ciudades: sus pequeños pueblos interiores.
    Saludos de pueblo, ciudadana Montse.

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    1. ¡Alguna ventaja tendríamos que tener los urbanitas!

      Javier, te mando un beso y un abrazote :)

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  4. Pues te voy a dar las gracias por ir mostrándonos rincones de tu ciudad, Montse, que por cierto aún no conozco pero que espero visitar algún día.
    Pocas cosas me resultan tan atractivas como los árboles en las ciudades. Y si son de los que dan mucha sombra, como estos, mejor que mejor.
    Un abtazo

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    1. ¡Qué me dices! ¡no me lo puedo creer! ¡el diablo nunca ha estado en Barcelona! pues venga, no se a qué esperas, que aquí tienes una amiga para recibirte con un abrazo.
      Por cierto, si te vienes ahora, ya no te hará falta que haya sombra :)

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  5. Wow!
    Este es otro gran blog.
    Me maravillo de sus textos e imágenes.
    Todo es muy hermoso.
    Me mandan saludos.
    Lucia

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    1. Muchísimas gracias, Lucía, por este estupendo paseo que estás dando a mis blogs y me alegra que te hayan gustado.
      Es un placer recibir tus saludos.

      Un beso.

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  6. Me alegra que se conserve tal y como lo recuerdas, guapa. Yo fui a La Toja este verano (en Galicia) con mi familia, y fue para todos un chasco que se lo hayan cargado, matando su esencia como han hecho...

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    1. Es una pena que en algunos lugares se hagan reformas que degraden la esencia misma del lugar, claro que la fuerza de las asociaciones de vecinos a veces ayuda a que no sea así.
      Estuve en La Toja hace muchos años y recuerdo esa isla como un lugar encantador, así que me apena que lo hayan estropeado.

      Besitos

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  7. Qué curiosa es su ubicación. Un barrio muy bonito que parece acogedor.

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    1. Hay rincones sencillos e interesantes por descubrir, incluso dentro de una gran ciudad y me alegro que te guste este barrio.

      Besitos, guapa.

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