...de la Plaza Catalunya.
Hermosa, desnuda y pálida, dentro de su isla, La Diosa, en esa postura incómoda se muestra indiferente e inaccesible a los humanos.
Ausente y presente, como sólo una diosa puede hacerlo, da la espalda al bullicio de Las Ramblas y extiende su dulce mirada hacia el corazón de una plaza que también es el corazón de la ciudad.
Y allí, mis ojos negros se cruzaron con sus blancas pupilas.
Esta escultura de mármol blanco, obra de Josep Clarà i Ayats, en realidad se encuentra en el vestíbulo de la Casa de la Ciudad de Barcelona. La que puede verse en la Plaza Catalunya es una copia ¡curioso!
¿Tendrá esa estatua en su interior un corazón de mármol blanco? Si fuera posible acercar el oído a su pecho igual escuchábamos el eco del latir del tiempo.
ResponderEliminarADios(a) Montse! :)
Precioso lo que has dicho, JuanRa, me encantaría saberlo a mí también y escuchar el eso de la historia que guarda en ese corazón blanco.
EliminarUn abrazo, amigo!
Pero qué cosa más bonita
ResponderEliminar¿Verdad que sí?
EliminarEs de esas cosas que me gustan a mí, imágenes que me inspiran.
me alegro que te guste, María.
Muchos besos ;)