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13/12/11

La conjura de los necios

Foto de Kate Blood de la estatua de Reilly en N.Orleans


Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelo sin cortar y de las finas cerdas  que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez. Los labios, gordos y bembones, brotaban protuberantes bajo el tupido bigote negro y se hundían en sus comisuras, en plieguecitos llenos de reproche y de restos de patatas fritas.
En la sombra, bajo la visera verde de la gorra, los altaneros ojos azules y amarillos de Ignatius J. Reilly miraban a las demás personas que esperaban bajo el reloj junto a los grandes almacenes D. H. Holmes, estudiando a la multitud en busca de signos de mal gusto en el vestir. 
Ignatius percibió que algunos atuendos eran lo bastante nuevos y lo bastante caros como para ser considerados  sin duda ofensas al buen gusto y la decencia. La posesión de algo nuevo o caro sólo reflejaba la falta de teología y de geometría de una persona. Podía proyectar incluso dudas sobre el alma misma del sujeto.

* * *


John Kennedy Toole, escribió esta novela a los 16 años pero que fue publicada póstumamente y galardonada con el premio Pulitzer. Su título hace referencia a una cita de Johnathan Swift que dice : 
" Cuando en el mundo aparece un verdadero genio,  
puede identificársele por este signo : todos los necios se conjuran contra él "


Cuando acabé de leer esta novela no podía catalogarla, no podía decir si se trataba de una comedia, una tragedia o un relato extraordinario y triste cuyo personaje protagonista, Ignatius, es una especie de Don Quijote, un sabio o un loco del siglo XX, un joven cuya existencia es una disparatada aventura por callejuelas y barrios de Nueva Orleans en los años 60.
La novela es, igual que la obra de Cervantes, un retrato de la humanidad y un canto al valor de aquellos que siguen adelante a pesar de las adversidades y la incomprensión.



4 comentarios:

  1. Ayer tuve problemas con la red y no pude comentar.

    Volveré a leer de nuevo el libro.

    Un abrazo y buenos días

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  2. Me gusta la acertada comparación que haces con el Quijote. He leído la novela, me impactó, pero no la habría relacionado con el Quijote. Así que, ahora que lo dices, algo de quijotesco tiene Ignatius...

    Un beso,

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  3. Aquí vuelve a leerlo, después de un tiempo su lectura es más sabrosa.

    Mil besos!

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  4. Alice yo sí le encontré una cierta relación con el personaje de Cervantes, pero no soy la única, leí un crítica que también lo relacionaba.
    Es una gran novela.

    Besitos, guapa.

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