Casa de muñecas

Esta obra de teatro del noruego Henrik Ibsen está escrita en 1879, generó polémica desde su estreno y en gran parte de países de Europa, ya que cuestionaba los fundamentos de la sociedad de la época y se convirtió en baluarte de la causa feminista.

Nora, la protagonista, es una mujer que vive despreocupada y feliz bajo el abrigo de una sociedad masculinizada, primero con su padre y después con su esposo Helmer.

En un intento de hacer algo por ella misma, solicita un préstamo al empleado del banco de su marido para pagar un viaje a Italia que curará la enfermedad de Helmer.

Todo se complica y cuando Helmer descubre su acción, ella se da cuenta de que a él le importa más no tener que deberle algo, cosa que ofende a su honor, que el amor que le profesa.

Desencantada, Nora decide abandonarlo todo, a él, a sus hijos y a su hogar, en la heroica decisión de dejar de ser una muñeca para convertirse en un ser libre.

Cuando leí esta obra, en teatro jamás la he visto, me resultaba inexplicable que el autor fuera un hombre y que lo escribiera en aquella época. Después lo comprendí. En mi opinión, Ibsen va más allá de la defensa feminista, defiende el principio de las libertades individuales por encima de las reglas sociales, así como el respeto hacia los demás.

Ahora lo que me sorprende es que siglo y pico después, el tema aún sea de actualidad. Quizá porque la libertad y el respeto es algo por que tenemos que seguir luchando, todos juntos, los hombres y las mujeres.