- ¡Ostras, Javi, si es un mensaje en una botella! - dijo uno de los chicos, mientras intentaba coger la botella. El chico que me había rescatado ya se hallaba a la altura de los otros dos que, a su vez, habían ido acercándose a él - ¡Déjamelo ver!
- ¡A ver, a ver! - chillaba el más pequeño agitando los brazos.
- ¡Déjamelo ver! – insistió el otro - ¿Dónde lo has encontrado?
- En aquellas rocas – dijo Javi, señalando el lugar con la mano – Y me ha costado un montón sacarlo de allí, estaba medio enterrado en la arena.
- ¡Jo, tío, debe de llevar siglos allí!
- ¡Es el mapa de un tesoro pirata! – exclamó el más pequeño. Los otros dos muchachos se echaron a reír y él al verlos frunció el ceño y prosiguió – Es un mapa, es un mapa.
- No seas tonto, Dani, no es un mapa – dijo Javi
- ¿y por qué no?
- Pues porque no es una botella tan antigua – le contestó y para hacerse el listo, añadió – En la época de los piratas aún no se había inventado el vidrio.
- ¡Anda que no! Yo he visto a Jack Sparrow bebiendo ron en una botella igual a esa – dijo Dani señalando la botella que Javi, el chico que me había rescatado, aún llevaba en la mano y no paraba de agitar.
- ¡Yo también lo he visto! – dijo el otro chico.
En este punto me sentía abrumado, tanto por la situación en la que me encontraba, a punto de llegar al final de mi aventura pero que en modo alguno era el cumplimiento de mi misión ya que, evidentemente, aquellos muchachos no eran los destinatarios del mensaje que yo contenía; como por sentir sus voces, sus chapoteos en el agua y la constante agitación a la que el tal Javi me tenía sometido.
- Pero no seáis memos, es una peli, tíos ¿sabéis que en las pelis meten un montón de errores? Yo vi un reloj en la mano de un centurión romano ¡ya ves!
- ¿En qué peli? – preguntó el otro
- ¡Jo, Luis, qué más da! no sé, no me acuerdo.
No entendía muy bien la conversación, pero me dio la impresión de que Javi empezaba a dudar si el vidrio se utilizaba o no en tiempos de piratas. Incapaz de reconocer un posible error, por miedo a parecer un tonto delante de los otros dos, dijo:
- ¡Vamos a abrir la botella!
- ¡Yupiiiii! – gritó Dani
- Te echo una carrera, Javi – dijo Luis – el que llegue primero a la playa abre la botella.
- ¡Jo, eso no vale! – protestó Dani, consciente de que no podría llegar el primero por mucho que lo intentara.
- ¡Ni lo sueñes, chaval!
Y diciendo esto, Javi comenzó a nadar con todas sus fuerzas hacia la orilla, mientras los otros dos le seguían.
En su afán por ganar la carrera, Javi no se percató de que al llegar donde rompen las olas, que eran bastante grandes y rompían con fuerza, resbalé de su mano y quedé libre. En cuestión de pocos minutos fui arrastrado por las olas y la botella llegó incluso a rozar la arena, luego la resaca nos volvió a engullir a las dos y en un par de sacudidas más nos remitió al mar definitivamente.
Cuando Javi consiguió alcanzar la playa, es cuando se dio cuenta de que no me llevaba consigo y mientras, yo ya había sido arrastrado mar adentro y me hallaba flotando lo bastante lejos como para que los chicos no me divisaran desde la orilla.
Y nuevamente vagaba a la deriva.
Continuará...
joooo, yo quería saber su contenido. Ay! a puntito estaba. Aunque por otra parte, si la historia continúa pues mejor, jejejej.
ResponderEliminarVolver a empezar jajaja nos tienes intrigados... vamos a ver hasta donde llevan las olas a la botella en la 7ª aventura... yo también creía que el final estaba cerca, pero ya veo que irá para largo... mejor que no se acabe todavía...
ResponderEliminarBesos
Tienes mucha gracia, Montse. Se lo imagina uno vívidamente. Los chicos eran parecidos a los de Verano azul. Besos
ResponderEliminarJajaja, Pixel, ya veo que os he sorprendido ¡y eso me encanta!
ResponderEliminarLa historia aún tiene algunas aventurillas más...
Un besito.
¡Ay, Fandestéphane, es que me daba penita de que se acabara tan pronto!
ResponderEliminarReanudar la historia cuando estaba a punto de acabar me parecía una buena idea ¡sorpresaaaa! y así os tengo con la intriga (que me gusta mucho que vengáis todos por aquí, jeje)
Un beso.
Elvira, yo también me he acordado de aquellos chicos de "Verano azul", buena serie, aunque de tanto repetirla me acabó por empachar.
ResponderEliminarEspero no hacerme pesada yo también, jejeje...
Un besito ^_^
Es injusto, protesto. No tenía que pirarse otra vez. Muero de intriga.
ResponderEliminarComo la ola que rompe en la orilla para después marcharse, eso mismo nos ha pasado con tu nueva entrega: nos has hecho vislumbrar un final y antes de que nos demos cuenta has pegado un volantazo dejándonos nuevamente con la miel en los labios. Eso es control del suspense y no lo que hacía Hitchcock! Sigue así, Montse, que nos encanta ;)
ResponderEliminarBesos.
Denegada la protesta, Drea!!!
ResponderEliminarJajaja ¡y lo que me divierto yo con vuestra intriga!
Besisssss.
¡Ay, por Dios, Kinezoe, compararme con el gran maestro! ¡qué más quisiera yo!
ResponderEliminarSeguiré con la historia porque le he tomado cariño a ese papelito ¡y me encanta que paséis por aquí!
Muchos besos.
D: me dejaste tan picado y con ganas del siguiente !!!!
ResponderEliminarmontse eres un amor!!!
un tronador ;)
Jajaja, Kato, muchas gracias por tus palabras. Por cierto, ya me explicarás que es un tronador ¿una persona que hace ruido?
ResponderEliminarBesitos ^_^
guapa es "beso tronador" ;) y tronador es de esos besos que hacen el sonido :3
ResponderEliminarPues muchísimas gracias, Kato.
ResponderEliminarAquí te mando yo tres besos tronadores para ti!!