Todo había dejado de tener sentido para mí, no me preocupaba el futuro porque cada día que pasaba la flor de la esperanza perdía sus pétalos, ni tampoco me sometía a largas especulaciones sobre el mensaje que llevaba, ni para quien era, ni para que servía toda aquella existencia, así como tampoco me cuestionaba si la aventura había sido un éxito o un fracaso.
Me hallaba sumido en un plácido letargo cuando sentí unas vibraciones en el agua poco usuales y supe que algo diferente estaba ocurriendo o iba a ocurrir. Mi permanencia en aquel rinconcito entre las rocas había sido lo suficientemente largo como para estar al tanto de todo cuanto sucedía a mi alrededor y para haber alcanzado aquella tranquilidad que da el saber que ya nada se puede hacer más que esperar.
A través del empañado vidrio de la botella pude observar que una sombra, que se me antojaba espeluznante, se avalanzaba sobre mí y a medida que se acercaba se iba convirtiendo en una silueta humana.
Era un chico de unos doce o trece años. Llevaba unas gafas de buceo amarillas y un tubo con boquilla para respirar y con las manos intentaba tirar de la botella, agarrándola por el cuello.
Entre la poca destreza del chaval y el hecho de que la botella estaba hundida más de un tercio en la arena y que a fuerza de estar tanto tiempo allí se había impregnado de gruesos pegotes de sal y tenía adheridos algunos pequeños crustáceos en su superficie, la tarea le resultó difícil, pero al final consiguió desenterrarla.
Una vez que logró sacar la botella de su enclavamiento en apenas unos segundos ya nos hallábamos en la superficie. El sol, deslumbrante y cegador pese a la tenue luz de aquel atardecer, me devolvió la sensación de volver a la vida, una sensación extraña dadas las circunstancias, pero que no dejaba de ser un motivo de alegría aún siendo consciente de que el descubrimiento de mi existencia podría ser el fin de la misma.
Tal y como había imaginado, habíamos estado todo ese tiempo a escasos metros de la playa, posiblemente en un recodo poco accesible ya que de otro modo alguien nos hubiera descubierto antes. Cuando el chico giró rodeando las rocas, vi una playa inmensa de arena dorada y a otros dos muchachos que jugaban en el agua.
- ¡Ey, mirad lo que he encontrado! - exclamó el chico mientras alzaba el brazo y mostraba la botella, como si de un trofeo se tratara, e iba acercándose hacia los otros dos que, al pronto, ya habían girado la cabeza para ver qué era aquello tan extraordinario.
Continuará...
Que interesante se pone, estoy deseando saber que ponía en el papel. Por cierto, me ha gustado el párrafo de:
ResponderEliminar"Entre la poca destreza del chaval y el hecho de que la botella estaba hundida más de un tercio en la arena y que a fuerza de estar tanto tiempo allí se había impregnado de gruesos pegotes de sal y tenía adheridos algunos pequeños crustáceos en su superficie, la tarea le resultó difícil, pero al final consiguió desenterrarla."
Está genial descrito, bueno, en general todo. Que bien relatas con todo lujo de detalles
Creo que estamos cada vez más cerca de saber qué había escrito!!
ResponderEliminarPixel, eso parece... que el contenido del mensaje pronto se sabrá!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, ahora soy yo la que va a ponerse roja como un tomate,jeje...
Mil besos ^_^
Drea, parece que hay ganas de saber lo que pone el mensajillo ¿verdad? bueno, pues no os haré esperar mucho.
ResponderEliminarMuchos besos, preciosa.
Uno se siente mensaje dentro de la botella. Besos
ResponderEliminarEstoy deseando saber que pone en el mensaje y esos chicos ahora nos van a fastidiar y nos vamos a quedar con las ganas...
ResponderEliminarNo seas mala Montse y dinos que pone en el papel y no lo cambies de la primera idea que tuviste que te veo venir jajaja
Petons
Cierto, Elvira, uno a veces está tan a merced de las circunstancias como el mensaje dentro de la botella.
ResponderEliminarMil besitos, guapa.
Jajaja, no te preocupes Fandestéphane, que a los chicos los tengo controlados!!!
ResponderEliminarPronto pondré el contenido del mensaje y te prometo que será el mismo que pensé al principio, sin cambiar nada, que la primera idea siempre es la mejor, la auténtica.
Molts petons!!
¡Qué interesante!... La aventura tiene pinta de estar aproximándose a su desenlace, pero vete tú a saber lo que se cuece en tu mente, jeje... Como siempre, otra espléndida entrega la que nos regalaste.
ResponderEliminarUn besito, Montse. Y buenas noches! ;)
Kinezoe, la aventura creo que ya tiene que acabar y aunque tenía alguna que otra pensada, ya no tiene la frescura del principio ¡se hace pesada, vamos!
ResponderEliminarPronto se sabrá el misterioso contenido, jeje...
Muchas gracias y buenas noches (una noche después) ^_^ Besitos.