Asómate

Asómate a la ventana y verás que regalito te he traído.

Desde primera hora de la mañana no he hecho más que deambular por el bosque en busca de alimento para ti. Hoy será un día muy especial.

Hacía frío, todavía hace frío por las mañanas y la neblina aún no se había disipado del todo cuando volaba entre las montañas.
¡Cómo me gusta el primer vuelo del día!.
Desplegar las alas entumecidas y efectuar giros mientras el viento traspasa mis plumas y después, cuando ya el paisaje resulta conocido, un leve planeo en suave armonía con el aire.

¡Ya sabrás lo que es!

He llegado hasta el claro del bosque, no sin antes pasar por el valle pero allí no había nada, y luego sí, tras planear muy cerca del suelo he visto a los insectos que nada más notar mi presencia se han soliviantado.
¡Es curioso que yo ya supiera lo que iba a ocurrir y ellos también!.

La vuelta ha sido rápida, muy ligera y la brisa matinal iba amainando a medida que el sol despuntaba entre las nubes.

Quiero que inicies tu primer vuelo y te asomes a la vida que hay más allá de esta ventana...