Tomates que despiden a otras verduras, panes que se rebotan mordiendo cuchillos, caras en bizcochos, huevos que son chalets, ¿quién vivirá dentro?, me está empezando a dar miedo abrir la nevera y coger la lechuga no sea que me insulte o en su defecto me despida...jajaja
Jajaja deduzco que el autor de la obra es un impaciente con el horno... A mí también me pasa.
ResponderEliminarJajajajaja, por un instante pensé ¡ porras! pero si es Durero...
ResponderEliminar^_^
Luego ví que no.
¿no?
...El caso es que su cara .. me suena ... hmm
^_^
Un abrazo, Montse, gracias por pasar por mi casita, vénte cuando quieras. Te agregué al listado de amigos, así que acá estoy!
Bon dia, Montse!
ResponderEliminarTomates que despiden a otras verduras, panes que se rebotan mordiendo cuchillos, caras en bizcochos, huevos que son chalets, ¿quién vivirá dentro?, me está empezando a dar miedo abrir la nevera y coger la lechuga no sea que me insulte o en su defecto me despida...jajaja
Muy original todo,petons,
Viatger.
Drea, o será una harina mágica que adquiere formas extrañas...
ResponderEliminarFemme, si fuera Duero haría pasta italiana en lugar de bizcocho.
ResponderEliminarMe pasaré, puedes estar segura, yo también te agrego.
Un besito.
Hola Viatger, estos comestibles son algo traviesos, yo de tí vigilaría que nunca se sabe que te pueden hacer, ja.ja.
ResponderEliminarSaluditos.