La verdad es que no lo conocía.
Tampoco estoy muy al caso del jazz de los últimos tiempos y, por descontado, de los nuevos artistas.
Así que, cuando el programa anunciaba su concierto, acudimos sin más.
Si una lee:
"Concierto de jazz experimental, en solitario a la batería, de un joven noruego sobradamente reconocido...."
Se hace una idea preconcebida, y piensa:
Veré a un joven desgreñado que desplegará su cabellera mientras el estruendo de la bataría inunda la sala, vestido de forma casual y despreocupada cual bohemio que se precie. Con la mirada perdida y cierto aire bucólico.
Pues no....
Paal Nilssen apareció como un joven rubio de ojos claros y bien repeinado que más parecía un estudiante de empresariales que un músico experimental.
La primera parte de su actuación fue un "in crescendo" continuado.
La música, nada que ver con lo usual del jazz.
Me pareció muy extraña, bueno, esa no es la palabra, en realidad no sabría como definirla, lo importante es que, poco a poco, me fue cautivando.
Me pareció muy extraña, bueno, esa no es la palabra, en realidad no sabría como definirla, lo importante es que, poco a poco, me fue cautivando.
El momento crucial, diría yo, fue cuando con unas cadenas enormes removiéndolas en el tambor (no sé como se llaman las piezas de la batería) y acompañado por ciertos toques de platillos, producía un sonido diferente a todo lo que yo había escuchado jamás.
Sinceramente, me impresionó.
¿Qué está haciendo? me preguntaba.
¡Ay, claro! Experimenta.....
Y por aquello de, si no puedes con él únete a él, empecé a escuchar de otro modo. No había que intentar escuchar una música concreta, se trataba de sentir el sonido, al fin y al cabo la música es el arte de combinar sonidos, y me puse a experimentar yo también. ¡Genial!
Todos sabemos que el jazz se cracteriza por la improvisación, así que... es como un juego compartido. El público experimenta sonidos al mismo tiempo que el artista.
Después de la actuación, a petición de los aplausos del público, nos volvió a sorprender.
Cuando ya habíamos sincronizado con su peculiar jazz, nos deleitó con una interpretación con mucha marcha, ya más convencional pero no por ello exenta de espectacularidad.
A mis acompañantes (ahora me matarán por decir esto) no les gustó demasiado pero yo, que tengo que reconocer que soy algo más rarita, salí encantada del concierto.
Creo que le debía a Paal Nilssen-Love este comentario.
en fin, una lástima que no tengas un reportaje de video no?
ResponderEliminarJo,tienes razón. Y ahora que se colgar videos en el blog, podría haber puesto alguno.
ResponderEliminarVoy a hacerlo, venga.